Javier Milei: Cien días de mandato marcados por la controversia y el ajuste económico
El autodenominado "primer presidente liberal libertario" del mundo sigue adelante con su agenda a pesar de tensiones y descontentos, pero aún cuenta con respaldo popular.
Tras su ascenso al poder como un "outsider" desafiante del status quo político, Javier Milei cumple hoy cien días al frente del gobierno argentino, un periodo caracterizado por su discurso confrontacional y la implementación de medidas económicas drásticas, incluyendo lo que él mismo ha llamado el uso de la "motosierra" como herramienta principal de su gestión.
Desde su llegada al poder el pasado 10 de diciembre, Milei, autoproclamado "primer presidente liberal libertario" del mundo, ha mantenido una narrativa de ruptura con el pasado político y económico de Argentina. A pesar de un severo ajuste económico que ha impactado especialmente a las clases media y baja, con la eliminación de subsidios, devaluación de la moneda oficial y una inflación descontrolada, su gobierno aún goza de cierto respaldo popular.
Según los últimos informes de consultoras como D’Alessio IROL Berensztein y Giacobbe & Asociados, la aprobación al Gobierno de Milei ronda el 43%, aunque la desaprobación se sitúa en un preocupante 52%. Este balance refleja la división de opiniones en la sociedad argentina respecto a las medidas implementadas por el presidente.
Uno de los pilares de la agenda económica de Milei ha sido un megadecreto que busca desregular la economía del país, así como una polémica 'ley ómnibus'. Sin embargo, ambos proyectos han enfrentado fuertes resistencias en el Congreso, donde el partido de Milei, La Libertad Avanza, es minoría. Estos reveses legislativos evidencian la dificultad del presidente para transmitir la urgencia de sus reformas.
En cuanto a las medidas económicas implementadas, Milei ha llevado a cabo una serie de acciones contundentes, como la suspensión de obras públicas, reducción de ministerios, liberación de precios y devaluación del peso argentino. A pesar de los intentos por estabilizar la economía, las consecuencias sociales han sido palpables, con despidos, aumentos de precios y recortes en servicios públicos que han afectado especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
A pesar de la tensión social generada por estas medidas, Milei sigue manteniendo un respaldo significativo en las encuestas de opinión, con niveles de popularidad cercanos al 50%. Su estilo político excéntrico, caracterizado por acusaciones de traición a sus opositores y referencias bíblicas, ha dejado una marca indeleble en la escena política argentina.