Hace una semana atrás, la señora Cristina Montalva había experimentado un día de gran peligro al salir de su casa en busca de un jardinero cercano, en el sector de La Cantería, en San Antonio Encina. Mientras caminaba, vio cómo un perro emergía de la casa de un vecino, quien había dejado el portón abierto. El perro, uno grande de color blanco, la derribó y comenzó a atacarla, mordiéndola en diversas partes de su cuerpo. Lo que fueron minutos de terror se sintieron como una eternidad, hasta que un lugareño que presenció el ataque acudió en su rescate, logrando que el perro se alejara.
Relato de la Señora Cristina«El jueves de la semana pasada, por la mañana, salí de mi casa y caminé tres casas adelante para hablar con un señor que corta el pasto. En el camino, un perro grande, blanco, salió de un portón abierto y, junto a otro perro más pequeño que ladraba, me atacó. Me tiró al suelo y comenzó a morderme las piernas y los muslos, sin dejarme levantar. Gritaba para que me soltara y le pegaba en el lomo, pero no me soltaba. Sentía un cansancio abrumador debido a la tensión y el pánico de la situación, que es indescriptible», relató la señora Cristina, emocionada al recordar lo vivido y agradecida de estar viva.«Nunca pensé que pasaría algo así. Afortunadamente, un hombre que cuida caballos cerca de mi casa me vio y acudió a ayudarme. Creo que fue un acto de Dios. Gracias a su intervención, el perro se alejó. Sin embargo, psicológicamente quedé muy afectada. Es difícil de explicar si no se ha vivido. Cuando un perro te ataca, no sabes cuándo va a parar. Pensaba que el perro podría seguir mordiendo hasta que ya no pudiera defenderme. Estaba completamente sola en ese momento».La señora Cristina expresó que la angustia que sentía era terrible. Nunca imaginó que el perro la atacaría, y al ver el portón abierto, no pensó que sería un peligro. «Cuando me vio, no sé qué le pasó, salió corriendo y me atacó en plena calle. Normalmente paso por ahí para hablar con mis vecinas, pero nunca había tenido una experiencia así, y mucha gente transita por ese lugar a diario».Cuando se le preguntó si había tenido la oportunidad de hablar con el dueño del perro, la señora Montalva respondió: «No lo he visto, creo que no estaba ese día, ya que no salió nadie de la casa, y él tampoco se ha presentado». Posteriormente, la señora Cristina acudió al reten de Vara Gruesa para presentar una declaración ante Carabineros y fue trasladada a la posta del San Juan de Dios, donde fue evaluada y recibió tratamiento.Este martes, fue a la fiscalía para averiguar el estado de su caso y le informaron que aún no había novedades, y que deberia regresar la próxima semana. «Nunca pensé que me pasaría esto, menos por el error de un vecino en un lugar que se supone es tranquilo. No quiero que a nadie más le suceda algo así. Es fundamental ser un buen vecino. Quiero evitar que esto le ocurra a otra persona, podría haber sido alguien más anciano que yo, un niño o una niña. Se ha sabido de casos en que perros han matado a personas. La culpa recae en los dueños de los perros, ellos son quienes deben hacerse responsables de sus animales».Ante la falta de preocupación del dueño del perro, quien aún no ha indagado sobre su estado, la señora Cristina, que presenta lesiones visibles y moretones por el ataque, concluyó: «Ojalá tome medidas y haga algo para que nadie más resulte herido en el futuro».
Fuente:
Linares en Línea Local