Una alimentación escolar con sentido: avances que nutren el presente y el futuro
Columna de Opinión | Nataly Rojas Seguel, Seremi de Gobierno – Región del Maule
En el marco de un Chile que apuesta por la inclusión y la equidad, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) ha experimentado importantes transformaciones que lo convierten en una herramienta real de desarrollo social y educativo.
Hoy, más de 1 millón 500 mil estudiantes de cerca de 9 mil establecimientos en todo el país reciben alimentación gratuita a través del PAE. Pero este programa ha evolucionado para ser mucho más que una solución alimentaria: es una política pública con enfoque territorial, cultural, sostenible y justo.
Entre sus avances más significativos se encuentra la adaptación de menús según las realidades geográficas, incorporando preparaciones tradicionales como la calapurca, el po’e de plátano o el charquicán de cochayuyo, fortaleciendo no solo la nutrición, sino también la identidad local y el sentido de pertenencia. Asimismo, el programa ha sumado opciones especiales para estudiantes con alergias alimentarias, celiaquía, u otras condiciones, incluyendo también un menú basado en plantas una vez por semana para estudiantes de enseñanza media, promoviendo hábitos saludables y sostenibles.
Otro de los pilares de esta nueva etapa del PAE es su impacto en la economía local: una parte de las compras se realiza a pequeños productores, agricultores familiares y comunidades indígenas, fortaleciendo la economía regional y diversificando la dieta escolar. También se ha impulsado el consumo de productos del mar, fomentando la pesca local y una alimentación más balanceada.
Además, se han hecho ajustes en las bases de licitación que mejoran las condiciones laborales de las manipuladoras de alimentos y que abren oportunidades para que pequeñas y medianas empresas puedan formar parte del sistema, generando empleo y dinamismo económico.
Estos avances reflejan una mirada profunda sobre el rol de la alimentación en el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes. El PAE, en su versión actualizada, no solo combate la malnutrición, sino que también promueve inclusión, reconoce la diversidad territorial y aporta al desarrollo justo y sostenible de las comunidades.
En definitiva, alimentar con sentido es garantizar que cada estudiante, sin importar su lugar de origen, pueda ejercer su derecho a una educación digna, saludable y culturalmente significativa.